Dedicamos nuestro Territorio Negro de ayer a la organización de butroneros desmantelada por la policía en la operación Joy Universo y de su polémica puesta en libertad. En el espacio de Julia en la Onda tenéis toda la información: quiénes son, de qué delitos se les acusa y las razones de su libertad exprés.
Al final de nuestro espacio, llamó una de las víctimas de esa organización: el propietario de un concesionario de automóviles al que robaron dieciocho coches. No entendía cómo era posible que El Taca, El Piojo y compañía estuviesen en libertad después de que la policía les imputase hasta 39 delitos.
No tengo ninguna duda de que los jueces han cumplido con la ley, pero las víctimas difícilmente van a entender la impunidad de la que se ha dotado a estos butroneros. Me ha sorprendido la tranquilidad y hasta la socarronería con la que se han tomado la decisión de los jueces los policías que estuvieron medio año detrás de esta banda. He tenido la ocasión de hablar con ellos y hasta he visto parte del trabajo que hicieron para presentar a los jueces y a los fiscales el mayor número de pruebas posible: es un trabajo meticuloso, riguroso e ímprobo, en el que acreditan la participación de los detenidos en los robos, no mediante indicios ni conjeturas, sino con imágenes y fotografías que no dejan lugar a dudas.
Como contamos en Territorio Negro, la solución para estos casos pasa por la creación de una Fiscalía especial contra el crimen organizado, que pueda coordinar operaciones como ésta, al igual que se hace en la Audiencia Nacional, porque tener el caso repartido en 39 juzgados distintos complica todo.
La operación Joy Universo debería mover a esa reflexión a los que pueden hacer algo. Pero las víctimas no entienden nada. Y la mujer del policía que no pudo estar con ella en una importante intervención quirúrgica, porque estaba detrás de los butroneros, tampoco.
Categoría: robos
El milagroso robo del convento de Santa Lucía, esta semana en Interviú
Un ladrón armado tan solo con una palanqueta se encontró el pasado 27 de febrero un botín que no imaginaba ni es sus mejores sueños. De hecho, tuvo que buscar por las dependencias del convento de Santa Lucía una bolsa en la que poder llevarse todo el dinero que encontró en un armario, una cifra que oscila entre los 419.000 y el 1,2 millones de euros. El robo al convento de Zaragoza está lleno de detalles que le convierten en uno de los más fascinantes de cuantos me he encontrado yo en mi carrera. Todos los detalles, muchos de ellos inéditos, los podéis leer esta semana en Interviú.
Solo tres monjas –priora, abadesa y administradora– conocían el paradero del dinero, que aún nadie ha acabado de aclarar de dónde procedía, si bien las religiosas han reconocido que su asesor fiscal les recomendó hace tiempo que sacasen sus fondos de los bancos, que se avecinaba un corralito, como el de Argentina, y así lo hicieron con 200.000 euros. La policía ha puesto bajo el foco de sus pesquisas a las dieciséis monjas que residen en el convento, a sus familias y a los trabajadores que han hecho en los últimos tiempos trabajos en el interior del recinto. Éste y el resto de detalles de la investigación, los podéis leer esta semana en Interviú.
Kosovo y sus ‘embajadores’ en España, esta semana en INTERVIÚ
Kosovo es un estado no reconocido por España, pese a que nuestro país ha sido uno de los que más ha contribuido al crecimiento de la provincia serbia. Policía y Guardia Civil calculan, según contamos esta semana en Interviú, que desde hace una década las mafias de ladrones kosovares envían una media de quince millones de euros anuales al recién nacido estado.
Robos en polígonos industriales, asaltos a casas particulares… Los kosovares han hecho en España su particular agosto desde que la UCK se enfrentaba a tiros con el ejército federal yugoslavo. Todos los detalles, esta semana en Interviú.
EL PAIS cita nuestro reportaje del robo en la Biblioteca Nacional
Jesús Duva es uno de los mejores reporteros de nuestro país. Lleva ya tres décadas impartiendo magisterio de periodismo del bueno y de honradez profesional. Guarda las esencias de códigos ya casi extinguidos en nuestra profesión. Por eso hoy tenemos motivos para enorgullecernos. En la edición de hoy de El País, Jesús escribe un magnífico reportaje acerca de la recuperación en Nueva York (EEUU) de uno de los cuadros de Ptolomeo sustraídos en la Biblioteca Nacional. Además, aporta detalles nuevos sobre el modus operandi del ladrón. Y Duva tiene la elegancia de citar nuestro trabajo en Interviú esta semana para completar su reportaje con datos aportados por nosotros. Lo dicho: códigos en vías de extinción que Jesús sigue guardando.
Los secretos del robo de la Biblioteca Nacional, esta semana en INTERVIÚ
No fueron dos mapas de Ptolomeo. Ni cuatro libros dañados. El ladrón de la Biblioteca Nacional se llevó diecinueve páginas de diez libros distintos entre 2004 y el pasado verano, cuando se descubrió el robo que costó el puesto a Rosa Regás, la directora de la entidad. La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) ni siquiera sabe a ciencia cierta la identidad del ladrón, que solicitó un carné de investigador a nombre de César Gómez Rivero. Pero ese nombre no está, como contamos esta semana en Interviú, en las bases de datos de pasaportes y documentos de identidad españoles. Además, el ladrón dio como domicilio la sede de El Corte Inglés de la calle Serrano. En Interviú podéis ver esta semana las diecinueve imágenes de las hojas sustraídas, su valoración –hecha por expertos– y algunos datos de la forma de operar de este peculiar ladrón, que regalaba bombones a los vigilantes y hasta donaba libros.