El novelista Lorenzo Silva y la propagandista Elena Pita

La estrategia del agua es la última novela publicada por el escritor Lorenzo Silva. El libro acaba con un apartado titulado «Reconocimientos» y éste termina con la siguiente frase: «Y a Miguel Ángel Salgado, asesinado a traición en Ciempozuelos (Madrid) el 14 de marzo de 2007. Este libro no es su historia, pero su sacrifico me lo sugirió. Va por él, y por todos los padres que luchan, en condiciones adversas, para seguir cuidando de sus hijos».
La novela –magnífica, como todas las protagonizadas por Chamorro y Bevilaqua, la pareja de guardias civiles creada por Lorenzo– está inspirada, efectivamente en el crimen de Miguel Ángel Salgado, un informático asesinado por Charles Guarín Cercós, un sicario contratado por la abogada Dolores Martín Pozo, según el relato de hecho que hizo la jueza de Valdemoro en el auto que ratificó la prisión para los dos. Martín Pozo mantenía con su ex marido una agria disputa por la custodia de su hija, María. Para tratar de quedarse con la pequeña, la letrada no dudó en acusar a su ex pareja de abusar sexualmente se su hija, lo que le ha costado una condena de dos años de prisión por denuncia falsa. Esto no es ficción. Son los hechos que recoge la investigación del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Madrid, el sumario instruido en el juzgado de Valdemoro y el relato de hechos de la sentencia que condena a Dolores por inventarse que su ex marido abusaba de su propia hija.
Lorenzo Silva, conmovido por el caso, decidió inspirarse en el crimen de Miguel Ángel. En su novela, un hombre envuelto en un complicado proceso de divorcio es asesinado por encargo de su ex mujer. Y ahí se terminan las semejanzas con la realidad. Lorenzo es un novelista magnífico y emplea esa realidad para crear una sensacional trama de ficción.
Ahora, se acaba de publicar No amarás a tu madre, una «crónica novelada de una infancia rota», según dice el subtítulo. El libro está firmado por la periodista Elena Pita y en el capítulo de agradecimientos se puede leer lo siguiente: «A Carlos San Juan, que me contó toda su verdad. A él y a María Dolores Martín Pozo, que la sufren (esta verdad)». Carlos San Juan es la pareja de Dolores Martín, la mujer encarcelada por encargar el asesinato de su marido. Mis náuseas comenzaron ya cuando leí estos agradecimientos, pero se convirtieron en un profundo asco cuando seguí leyendo este libelo propagandístico, a mayor gloria de Dolores Martín. Lo que se disfraza de melodrama por el incierto destino de un niño al que la Administración priva de estar con su familia, no es más que una galería de insultos y malidicencias contra la víctima del crimen, Miguel Ángel Salgado, envueltas en una presunta ficción.
Obviamente, Elena Pita no es Lorenzo Silva. Lo que supuestamente pretendía ser una inspiración se convierte en algo que, por momentos, es hasta chusco. Miguel Ángel Salgado era informático, igual que el padre del niño protagonista del libro. Pero en el libelo, es «un pirata de la informática», según dice en un pasaje la mamá del niño, que también es abogada y también se llama Lola.
María, la hija de Miguel Ángel Salgado y Dolores Martín debe estar sufriendo un verdadero infierno. De eso no hay duda. Pero Elena Pita parece olvidar –ya lo parecía en este reportaje, que viene a ser un anticipo del libro– que la causante de ese infierno es su propia madre, cuando decidió inventarse que su marido abusaba de su hija y cuando, finalmente, decidió ordenar su muerte, como consta en el sumario instruido en el juzgado de Valdemoro.
En No amarás a tu madre, María se convierte en Moisés; a su padre no le pegan tres tiros, como a Miguel Ángel, sino que en un alarde de mal gusto y de crueldad, la autora decide que muera mientras está sentado en la taza del váter: «Murió cagándose», sentencia en un pasaje del libro Lola, el alter ego de Dolores Martín. Evidentemente, en el escrito propagandístico de Elena Pita, la mamá de Moisés no tiene nada que ver con la muerte de su marido, aunque también es encarcelada en Alcalá-Meco, como la de verdad, sino que detrás del crimen hay una trama de búlgaros relacionados con los juegos de rol, a los que la víctima de la ficción era muy aficionado. Curiosamente, en su primera declaración ante la Guardia Civil, Dolores Martín Pozo dijo que ella creía que a su marido, Miguel Ángel Salgado, le habían matado por su afición a los juegos de rol. Repugnante.
Queda ya poco para que Dolores Martín Pozo se enfrente a un tribunal. No sé cuál es el destino de María, su hija. Espero que la Administración obre solo teniendo en cuenta el bien de la niña. Si el mejor destino que puede tener es junto a Carlos San Juan y a la hija que éste tuvo con Dolores, perfecto. Que así sea. Pero flaco favor le hace a la Justicia esta bazofia de Elena Pita, que parece destinada, por encima de todo, a difamar a Miguel Ángel Salgado. A matarle otra vez.

‘La estrategia del agua’, una novela muy recomendable y una gran historia de Lorenzo Silva


Acabé de leer hace un par de días La estrategia del agua, la nueva novela de Lorenzo Silva, que sale a la venta el 4 de marzo. El libro vuelve a estar protagonizado por la genial creación de Lorenzo, esa peculiar pareja de guardias civiles, Bevilacqua y Chamorro.
El libro tiene varias particularidades. La primera, que la acción se desarrolla por primera vez en Madrid, el lugar de residencia de los protagonistas. Por eso, conocemos más detalles de la vida cotidiana de los dos guardias, especialmente de Bevilacqua. Además, es la primera vez que Lorenzo Silva pone a sus sabuesos a resolver un caso basado en un suceso real. El autor lo deja muy claro en el epílogo del libro. La novela no es la historia del crimen de Miguel Ángel Salgado, pero «su sacrificio me lo sugirió».
Los lectores de este blog o de mis reportajes de Interviú conocéis bien la historia. Una historia terrible, de un hombre asesinado por un sicario simplemente porque luchó con todas sus fuerzas para recuperar a la hija que le habían arrebatado. La muerte de Miguel Ángel habría inspirado a cualquiera, pero sólo Lorenzo Silva es capaz de contar una historia tan buena como la que cuenta en La estrategia del agua.
Por último, debo agradecer aquí a Lorenzo el guiño que me ha hecho en esta novela. Muchas gracias. Todo un honor. Comprad el libro y averiguad de qué guiño hablo. Una pista aquí.

Dolores Martín Pozo seguirá en prisión hasta ser juzgada por el asesinato de su marido


Pronto se cumplirán tres años del asesinato de Miguel Ángel Salgado. El 14 de marzo de 2007, este hombre murió por los disparos hechos por un sicario, Charles Guarín Cercos, contratado por su mujer, la abogada Dolores Martín Pozo. Es un relato de hechos que no hago yo, sino la jueza instructora de Valdemoro en un auto firmado en los primeros días de este mes de febrero.
En el auto se decide la continuación del procedimiento por la ley del jurado, en contra de la opinión de los abogados de Dolores y Charles, que habían solicitado el sobreseimiento. Según las defensas de los dos principales acusados, todo el proceso
está basado en las declaraciones de Eloy Sánchez Barba, ex escolta de Ana Obregón e intermediario entre el sicario y la inductora del crimen. Para echar por tierra esta afirmación, el auto detalla a todos los indicios, las pruebas y los testigos que tienen los acusados en contra. En el escrito de la juez se relatan, desde las amenazas de muerte –de las que hay un testigo que ha sido amenazado– proferidas por Dolores a la salida del juicio en el que se dilucidaba la custodia de su hija, hasta el intento de asesinato que sufrió Miguel Ángel unos días antes de su muerte por parte de un coche en el que viajaban Eloy –¡ay, Sitel, Sitel!– y Guarín, pasando por el chantaje y la extorsión a la que el sicario sometió a Eloy, al que, por cierto, Sitel también sitúa en la escena del crimen en el momento del asesinato.
Así que todo parece indicar que pronto, Dolores Martín se sentará en el banquillo –al que llegará desde una prisión–, acusada de los delitos de amenazas, homicidio en grado de tentativa y asesinato y Guarín se enfrentará a los cargos de homicidio en grado de tentativa, asesinato y extorsión. Y será el jurado, no yo, ni la Guardia Civil, ni siquiera la jueza instructora, la que decida si Dolores encargó matar a su marido para evitar que le diesen la guarda y custodia de su hija.