Siete años del 11-M


En unos días se cumplirán siete años de los atentados del 11 de marzo de 2004. Volverán los emocionados recuerdos a las víctimas y continuarán las mentiras propagadas por los que intentan hacer buena la máxima de que una mentira, a fuerza de repetirla, se convierte en verdad. No es cierto. No lo ha sido nunca y no lo será en esta caso. Estas últimas semanas nos hemos dedicado en Interviú a revisar todo lo que, judicial y policialmente, se ha hecho desde los atentados, los procedimientos que se han abierto, los juicios que se han celebrado en España y en otros países… El trabajo, para el que ha resultado imprescindible la ayuda que nos ha prestado María Ponte García, una abogada comprometida de verdad con las víctimas, ha servido para conocer la auténtica dimensión de esas mentiras cacareadas siempre desde el mismo lugar, por aquellos que se erigen en portavoces de las víctimas –de todas, cuando representan solo a un grupo de ellas, que merece, por supuesto, todos mis respetos– y que mercadean siete años después con la masacre terrorista. Son los que dicen que «el 11-M se cerró en falso» o «hay que seguir investigando el 11-M». ¿Saben esos que aún hoy, en los laboratorios de la policía, se siguen identificando huellas de los escenarios claves de la matanza o que se le continúa poniendo nombre a los restos biológicos hallados en Leganés, en Morata de Tajuña, en los coches relacionados con los terroristas?.
Si lo saben, evidentemente no les interesa, no se ajusta a su verdad, a la de esa extraña y poliédrica conspiración que aún no han acabado de explicar. Como tampoco les interesa conocer que siete años después la policía busca aún a los terroristas fugados tras el 11-M. Como contamos esta semana en Interviú, Said Berraj, al que los servicios de información apuntan como uno de los organizadores de la matanza, se ha escondido en Indonesia, tras pasar varios años en Turquía. Él es el único fugitivo del 11-M que sigue con vida, después de que Daoud Ouhnane y Mohamed Afalah se inmolasen en Irak y que Mohamed Belhadj, Abdelillah Hriz e Hicham Ahmidan fuesen condenados en Marruecos, gracias a las investigaciones de la policía española.
En los próximos días se celebrarán dos juicios contra personas relacionadas con los terroristas que perpetraron la masacre. En uno de ellos se sentará en el banquillo Moutraz Almallah Dabas, para quien el fiscal pide ocho años por adoctrinar a algunos de los autores del 11-M, como a El Tunecino. En el otro, serán juzgados los integrantes de una red de ayuda y financiación a los fugados tras la matanza. Otros dos grupos similares, componentes de la Red Tigris, han sido ya juzgados y condenados.
Nada de esto servirá para acallar a los que ya tienen su verdad. Esperemos que sí sirva para que las víctimas –todas, sin excepción– sepan que hay policías, guardias civiles, jueces, fiscales, seceretarios, funcionarios, abogados… dedicados a tratar de perseguir y castigar a todos aquellos que provocaron hace siete años tan insoportable dolor. Gracias a todos ellos.

Publicado por

manuelmarlasca

Reportero. Se me ve por La Sexta y se me oye en Onda Cero.

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