–Tienes que ponerle mayonesa. Si no le pones mayonesa al pan antes de ponerle el queso, nunca sabrá a nada.
– No lo había oído nunca. La pones por la parte de fuera, ¿verdad?
– No, por la parte de dentro, pero sigues poniéndole mantequilla por la parte de fuera. Cuando el queso se funde, es la mayonesa lo que le da sabor.
Este diálogo se puede leer en Los amigos de Eddie Coyle, una novela de George W. Higgins, publicada en España por Libros del Asteroide. Me la recomendó Paco Camarasa, el propietario de la liberría Negra y Criminal, cuya palabra en esta materia es casi sagrada. Naturalmente, no se equivocaba.
La novela, editada por primera vez en 1971, es excepcional, pero por encima de todo destacan sus diálogos, que sostienen todo el libro. Diálogos como el que he reproducido, en medio de una trama que recuerda a los guiones de películas como Reservoir Dogs o Sospechosos Habituales, en la que las líneas entre buenos y malos, policías, confidentes y delincuentes, se difuminan hasta hacerse irreconocibles. Leyendo el libro de Higgins no puedes evitar recordar los diálogos de Pulp Fiction, la obra maestra de Tarantino, como aquel del cuarto de libra con queso que mantienen Travolta y Samuel L. Jackson poco antes de cometer un asesinato múltiple.
La novela refleja perfectamente las relaciones entre confidentes y policías, marcadas por la desconfianza mutua y dibujada aquí con nitidez gracias a la agilidad de esos diálogos, que son como ráfagas de ametralladora. Las escenas de los atracos con rehenes son una verdadera lección de cómo narrar una acción trepidante con economía del lenguaje. En definitiva, una gran novela. Una vez más, gracias por la recomendación, Paco.