La Pringue

Manuel Marlasca


El 1-O, desde el corazón del operativo policial

Un grupo de mandos intermedios -inspectores de Policía- que dirigieron a parte de los equipos que actuaron el pasado domingo en Cataluña han querido dar a este periodista su versión de lo ocurrido, «sin revelar ningún contenido reservado y sin identificar a funcionario alguno». Según dicen, «no se está explicando debidamente lo sucedido». Lo que sigue es un testimonio inédito de la actuación policial durante el 1-O. 

En las semanas previas a la fecha del referéndum, miles de policías y guardias civiles llegaron a Cataluña, «la mayoría de forma voluntaria y sin saber de qué manera se iban a pagar la manutención y el alojamiento, que muchos tienen que adelantar». Entre los desplazados hay un buen número de agentes de información y policía judicial, especializados en investigación. Ellos fueron los que durante el 30 de septiembre, la víspera del referéndum, confirmaron que había concentraciones previstas en frente de los colegios a partir de las 5 de la mañana, «justo una hora antes de que los mossos se personen en dichos colegios. De todo ello se informó a los mandos colegio por colegio.»

Las 6.15 del 1-O fue la hora cero para la Policía y la Guardia Civil. En una reunión, los responsables del operativo dieron las instrucciones: «las órdenes son esperar a que los Mossos intervengan y cierren los colegios o impidan su apertura. Sólo en el caso de que ellos no actuasen, intervendríamos nosotros y la Guardia Civil». Casi todos los participantes en el operativo sospechaban que la policía autonómica no iba a actuar: «se deberían haber cerrado los colegios de madrugada, al menos los más populosos».

Cuando la inacción de los Mossos fue evidente, «recibimos instrucciones de salir y empezar a preparar las actuaciones en cada colegio». Al llegar a los centros, «observamos una patrulla o dos de Mossos de seguridad ciudadana en cada colegio, sin medios para cerrarlos, sin material de control de masas, charlando con los organizadores y sin inmutarse ante la apertura de los colegios, que se hacía delante de sus narices. En ningún colegio vimos ni rastro de la BRIMO (los antidisturbios de los Mossos)».

A la hora 3 del operativo -9.15-, la Policía empezó a actuar en colegios: «en muchos se cerraron las puertas o las cancelas con candados y cadenas para que no entrásemos. La gente escupía, empujaba, insultaba… Se ponían a niños y ancianos en las primeras líneas». Fue en ese momento cuando empezaron los choques en el 1-O, que los inspectores relatan con todo detalle: «antes de intervenir para sacar a los votantes, les advertimos de que se va a intervenir para hacer cumplir una orden judicial y que deben desalojar. No lo hicieron, y nos vimos obligados a levantarlos uno a uno, empujarlos para que salgan, responder agresiones, entrar por encima de muros ante golpes de sillas, palos de fregar, piedras. Ante esta situación, desgraciadamente es inevitable utilizar la fuerza, golpear con la defensa, inmovilizar personas en el suelo, empujar. No es posible cumplir la orden de desalojar sin emplear la fuerza».

Los inspectores estuvieron en varios colegios electorales y en todos ellos encontraron escenarios parecidos: «los votantes pateaban, escupían, insultaban a policías de paisano y de uniforme. Colegio tras colegio y una y otra vez fue necesario utilizar la fuerza para desalojar«. Los funcionarios no niegan, más bien al contrario, que se produjeran excesos en la actuación policial: «hay algún vídeo que deja claro que hubo excesos y a todos nos perjudican. Pero eso tendrá su consecuencia disciplinaria y penal y son excepciones en un día en el que se hizo un asalto tras otro, con una tensión muy elevada que no todo el mundo es capaz de controlar. Además, esas imágenes solo cuentan parte de la historia, no su totalidad, porque hay compañeros heridos, sangrando… No se ve el previo, solo la reacción. Pese a todo, presentamos nuestras más sentidas disculpas por los excesos que se produjeron».

A las 13 horas -hora siete del operativo, cuando las televisiones llevaban horas mostrando imágenes del día-, llegó una orden sorprendente para los mandos intermedios: «nos ordenaron parar porque se estaba estudiando la repercusión mediática de lo que estaba pasando. Nos quedamos estupefactos. ¿Pero de verdad no eran conscientes de que al primer golpe con la defensa las imágenes iban a hacerse virales y tienen que valorar si continuar o no?».

A la hora nueve del operativo -15-, «informamos a los jefes de que en muchos colegios en los que hemos entrado se vuelve a votar porque han conseguido más papeletas y más urnas. Nuestro trabajo parece inútil. Se trataba de cumplir el mandato judicial, de impedir que se celebre el referéndum.»

Apenas media hora después, en torno a las 15.30, los inspectores dan fe del «ambiente festivo» en el que se enmarca la jornada y también de la tensión que se empieza a acumular: «empezamos a ver gente con estética okupa, sentados en el suelo, bebiendo cerveza, fumando marihuana. Y percibimos la tensión, las miradas ante una posible presencia policial. De hecho, en la avenida Drassanes vimos a varias personas que empezaron a gritar ‘¡policía, fora, son policías!’ y rodearon a dos hombres de unos 35 años, empujándoles e insultándoles. Al otro lado de la calle, seis mossos oyeron el tumulto y ni se acercaron, continuaron hablando como si nada pasase.»

Los inspectores revelan que la orden inicial que tenían en el momento del cierre de los colegios «era incautar las urnas llenas y evitar que se recuenten o se trasladen, pero la orden no llegó«. Y todos ellos se sorprendieron de la actuación de los mossos en ese momento del 1-O: «vimos como en algunos colegios, siempre de manera voluntaria y entre aplausos, el personal acreditado del colegio le entregaba alguna urna a los mossos presentes. En ningún caso todas, sino sólo una y que ya hubiese sido escrutada». 

A las 22 horas, todos los policías que seguían en la calle recibieron la orden de volver a sus sedes y hora y media después, el comisario responsable del operativo se dirigió a todos los que habían participado. «Nos dijo que había sido el servicio más difícil y más importante de su carrera y que por la mañana, antes de empezar el servicio, le dio la impresión de que nos mandaba al matadero. Nos alabó y nos dijo textualmente: ‘estoy muy orgulloso de vuestro trabajo y de vuestra profesionalidad, estemos de acuerdo o no con cómo se han hecho las cosas’”.

Los inspectores que han prestado su testimonio son críticos con el Gobierno: «ha habido incompetencia, desidia y falta de conocimientos de seguridad y de la situación social en Cataluña. Los complejos y la cobardía del Gobierno nos está costando muy caro a los policías y guardias civiles que estamos defendiendo el orden constitucional en Cataluña.»

Pero las palabras más duras de los agentes son para «las agresiones, las manipulaciones y las mentiras que han dicho algunos medios de comunicación en Cataluña, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, el presidente Puigdemont y su ejecutivo,sobre la actuación de la Policía y la Guardia Civil». La actuación de los  mandos de los Mossos d’Esquadra es tachada por estos policías como de «traicionera, desleal, ilegítima e ilegal. Han traicionado a España, a los jueces, a los fiscales y a más de la mitad de la población catalana».



4 respuestas a “El 1-O, desde el corazón del operativo policial”

  1. Como siempre lo que da asco son los putos políticos que solo están para llevarselo sin hacer nada.
    Verdaderamente los ciudadanos de a pie son los que realmente son profesionales y saben hacer las cosas .

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  2. Avatar de Jose Manuel González Martín
    Jose Manuel González Martín

    Yo creo que se esta tardando en disolver ese cuerpo policial y crear uno siempre bajo el mando del Cuerpo Nacional de Policia.La policia catalana debe ser policia local y punto,sin competencias tan importantes como seguridad nacional, terrorismo etc.

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  3. No os dejeis ganar. Informar es poder. Siempre con las fuerzas y cuerpos seguridad del Estado Español

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  4. Que lastima que haya imagenes grabadas de lo sucedido, y que no nos tengamos que informar con el NO-DO …

    Dice su refran que una imagen vale mas que 1000 palabras, ….. ya pueden ir hablando, por los siglos de los siglos, amén

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